LOS ORÍGENES DE JAGUAR WATCHES

Desde el siglo XVIII, los relojeros suizos han sido considerados los mayores expertos en la fabricación de relojes de alta precisión y calidad, estableciendo los estándares para la industria en todo el mundo.

Lejos de las zonas tradicionalmente reconocidas como el núcleo relojero del país, en la comuna de Muralto, Suiza, comenzó la historia de Jaguar Watches. A orillas del Lago Maggiore, en la desembocadura del río Maggia, esta población es una de las más bellas estampas del país de los Alpes.

La calidad como herencia familiar

Aunque se encuentra fuera de las zonas tradicionalmente reconocidas como el núcleo relojero del país helvético, en Muralto la familia Haas regentaba un taller de larga tradición relojera, fabricando piezas de alta precisión para otras marcas.

En la familia, los valores que predominaban y que se transmitían de padres a hijos eran los del trabajo bien realizado, siempre fieles a las especificaciones que recibían de sus clientes, priorizando siempre la calidad por encima de todo. Durante su historia, el taller relojero familiar progresó hasta convertirse en un referente en el cantón del Ticino.

No encontrarse geográficamente en las áreas en las que floreció con fuerza la industria relojera implicaba unas ciertas dificultades para la empresa, y en la familia Haas siempre tuvieron claro que, si por alguna razón otros fabricantes de relojería les elegían a ellos era por la calidad de sus productos. En esos valores fue educado Peter Haas, el fundador de la marca Jaguar.

El sueño de un relojero hecho realidad.

Peter Haas era uno de los más jóvenes miembros de la familia. Trabajando en el taller de relojería familiar, todo parecía indicar que, con el tiempo, acabaría tomando las riendas del negocio levantado por sus antepasados y siguiendo con su tradición. Sin embargo Peter tenia ambiciones mucho mayores. Su amor por la relojería y su pasión por alcanzar la perfección en todos los trabajos que acometía le hacía soñar que, algún día, podría manufacturar los productos que soñaba.

Finalizado su periodo de aprendizaje, Peter Haas tuvo claro que debía abandonar la seguridad que le brindaba el taller familiar y arriesgarse a emprender su propio camino. A diferencia de la costumbre de la época, en lugar de utiliza como marca el apellido de su familia, Peter decidió utilizar el nombre Jaguar para sus relojes. Para él, era el nombre de uno de los mayores iconos de la belleza y la elegancia del entorno natural.

Una visión de Belleza y Lujo

Como fundador de la marca de relojes Jaguar, Peter Haas se encomendó una misión: infundir en cada uno de los relojes que salieran de su atélier la misma fuerza indómita y armonía que le inspiraban el bello felino americano, un gran poder y la encarnación de la belleza más salvaje.

Desde sus inicios la marca tomó la decisión de utilizar tan solo materiales de primer nivel, garantizando la fiabilidad y la precisión en sus productos. El objetivo no era fácil: forjar relojes sublimes, engranajes minúsculos engarzados como joyas, diseñados con tal precisión y belleza que detenían el tiempo para lograr instantes de eterna perfección que 85 años más tarde siguen cautivando nuestras miradas.

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